engo una familia muy peculiar. Ya os iré hablando de ellos poco a poco. Os aseguro que hay material para escribir libro y medio.
De momento quiero hablaros de alguien que, si bien no lleva en sus venas la sangre “lunática”, ha logrado, gracias a su dedicación, entrega, paciencia, buen humor y otras muchas cualidades, un lugar prominente en esta familia.
Obviamente me refiero a la “pupas”. Sobrenombre que, os aseguro se ha ganado a pulso.
Y me preguntaréis, ¿por qué? Pues yo os lo diré.
Si hay un trocito de bordillo roto en cincuenta metros de acera, ella lo encontrará y tropezará con él, se desollará brazos y piernas y se llenará todo el cuerpo de moratones.
Si va con su hija en brazos, se las arreglará para tropezar (siempre tropieza), y conseguir milagrosamente: caerse, que la niña no se haga un solo rasguño, y a la vez, hacerse un esguince de “caballo”, ¡todo a la vez, oiga!
Si vamos caminando por Toledo, ella encontrará cada adoquín del suelo, (y si habéis estado en Toledo, sabréis que hay muchos) y tropezará (inevitablemente) con él.
¿Que la ofrecen un “sugus”? Ella se las ingeniará para que se le quede pegado en la funda de dos muelas, le arranque de cuajo las dos fundas y quedarse con la sonrisa de “cuñaaaaaaoo”.
¿Que estamos en el festival? Ella se pondrá a criticar el horrible nombre de una nieta, ¡con la abuela sentada en el asiento de atrás! Y cuando la abuela la recrimine, ella muy “ofendida” contestará, que no soporta a la gente ¡¡¡que se mete en conversaciones ajenas!!!
¿Os lo imagináis? Pues todo esto (y más) es ahora, en la actualidad.
Pero esta “elementa”, lleva siendo la “pupas” toda la vida.
Porque (y esto yo no lo he visto con mis propios ojos, pero me lo han contado) creo recordar, cosas como estar de vacaciones y en un puesto callejero, cierto altercado con cierto “negro”. O en una terraza, un baño con la “taza” en alto, y una puerta que “misteriosamente” se abre de golpe, y…
¡En fin! Creo que hay infinidad de anécdotas, a cual mas estrambóticas y lunáticas, relacionadas con este increíble “personaje” ¡Y las que nos quedan por vivir!
Hoy sin ir más lejos, nos ha hecho pasar una maravillosa tarde, de esas que tanto nos gustan, y que reúnen todos los ingredientes. A saber:
Buena compañía, bolsas de patatas, una buena película, y sobre todo, algo que todas necesitamos de vez en cuando… un millón de risas.
Por favor… ¡no cambies nunca “pupas”!
¡¡Te queremos tal como eres!!