yer por la mañana conducía tranquilamente por la carretera disfrutando del bonito día que había quedado tras la niebla vespertina.
Llegando casi a Santa Cruz, tuve que pegar un frenazo porque me encontré un buitre en medio de mi carril intentando engullir los restos de lo que parecía un conejo atropellado.
Sobrevolando por encima, cuatro buitres más, hacían círculos esperando su oportunidad de atrapar la pieza.
Cuando los sobrepasé, continué mirando la escena a través del espejo retrovisor mientras pensé:
-Y aún hay gente que piensa que no somos como animales...-
Es la primera vez que veo una escena así en medio de una carretera. Debe ser que la repercusión de la crisis ha llegado incluso al último eslabón de la cadena alimenticia y ahora buscan alimento en cualquier parte.
Y es algo que da miedo, porque las situaciones desesperadas, dan paso a soluciones desesperadas y cualquier día, al bajar del coche, bandadas de buitres se lanzarán en picado queriendo comernos porque no encuentran alimento.
Y es algo que da miedo, porque las situaciones desesperadas, dan paso a soluciones desesperadas y cualquier día, al bajar del coche, bandadas de buitres se lanzarán en picado queriendo comernos porque no encuentran alimento.
Y mientras, la humanidad, preocupada por un posible ataque alienigena ...o un insignificante fin del mundo.
Señores, la verdadera amenaza planea sobre nuestras cabezas...