s increíble lo que puedes encontrar por Internet. Además de todo tipo de información, real o imaginada, lo que me resulta más sorprendente es que hemos perdido el miedo. El miedo al ridículo.
Nos da lo mismo que una fotografía que un día no enseñamos a nuestros allegados por pudor, ahora ande dando vueltas en la nebulosa ciberespacial como si nada. O que alguien pueda leer nuestros pensamientos más íntimos con solo hacer clic con el ratón, y descubrir lo que siempre ha permanecido oculto.
Pero lo más asombroso es, que hemos llegado a un punto en que despreciamos las normas ortográficas y sobre todo las del raciocinio, hasta el extremo de escribir algo... algo como esto:
En un chat de belleza, una chica pregunta como quitarse las ojeras. Esto es lo que le respondió una persona:
Sin palabras me he quedado…