La vida es sueño

La vida es como una ola, un constante vaivén entre el sueño y la consciencia.

El tinte maldito




rimera parte.

El miércoles pasado tuve un día movidito. Por la mañana, fui a Toledo con mi niña al oftalmólogo. Volvimos a la una y media, y comimos en casa de mi gemela no maligna (como tantas veces…). A las cinco, teníamos recogida de notas en el cole.
Yo había quedado con la Adoptada, para darle un tinte inmediatamente después de las notas; y a las seis y media con Dory y Josy para ir al gimnasio, porque a las siete y media ellas tenían sesión intensiva de bicicleta, y querían estar conmigo una horita en máquinas antes.
Total, que las notas se alargaron hasta las seis (cosas de mi gemela no maligna), con lo cual tuve que salir disparada a casa de la Adoptada. Entré por la puerta diciéndole que tenía prisa y que teníamos que hacerlo rápido. Pero la muy pícara, ya me estaba preparando un cafetito de esos que ella hace y que a mí me quita… hasta las prisas… ¡no os digo más! Y como acompañamiento, unas magdalenas gigantes de las que tan bien hornea “el Cubano”.
- ¡Ah no, ni hablar!; tú no me das el tinte hasta que no te tomes el cafetito, ¡faltaría más!
Empezamos con el tinte pasadas las seis y media, pues al café y las magdalenas se le unieron las ganas de hablar que las dos teníamos (para no faltar a la costumbre), y nos pusimos al día de lo que llevábamos de semana.
Imaginaos cómo le di el tinte,… ¡cómo si estuviera jalbegando el patio de la "tía Angustias"…!
A mitad de cabeza, entra cierta rubita, y dice:
- Mamá, ¿eso no está muy negro?
Miro a la adoptada y efectivamente, eso estaba… ¡negrísimo!
- Pero, ¿qué color de tinte has comprado?
- El de siempre… creo.
Cuando terminé, salí disparada hacia el coche, al mismo tiempo que encestaba los guantes en el cubo de la basura:
-¡En treinta minutos te lo quitas! ¡Ya me contarás guapa!
Me monto en el coche, y vuelo más que conduzco hasta casa para cambiarme de ropa y volver al coche para recoger a Josy que me había llamado tres veces al móvil (Dory también había llegado).
-¡Tira en tu coche, que nosotras nos quedamos luego allí!
Llevaba un rato chispeando, y por el camino nos cayó una granizada, que yo ni veía por donde iba.
Conseguimos aparcar un poco lejos del gimnasio y no llevabamos paraguas.
Total, entramos al gimnasio empapadas, y a los diez minutos me dicen las dos Marías que ya es la hora, y que se suben a darle al pedal.
¡Tanto correr para acabar sola!
En fin, ¡que le vamos a hacer…!


Segunda parte.

El viernes, cuando llegan la Adoptada y Kenyon al cafetito (la Adoptada con el pelo color azabache), me dicen:
- Anda que no nos acordamos de ti el miércoles, ¿es que no te pitaron los oídos?
- ¿Por qué?- pregunto sorprendida.
Bueno,... ¿Os lo imagináis, no?
Parece ser que mientras el miércoles “jalbegaba” el pelo de la Adoptada, hacía lo mismo con su frente, sus sienes, sus orejas, (inconvenientes de la “brocha gorda” y las prisas), su nuca, parte del cuello… y ya sabéis que la adoptada tiene el pelo muy corto…
Cuando pasaron los treinta minutos, y se lavó el tinte, descubrió horrorizada que tenía una línea negra de cinco centímetros de ancho, alrededor del pelo. Y que conste que previamente le había untado toda la zona “en peligro” con vaselina, como siempre. Como siempre pero… ¡muy rápido!
Lo intentó con alcohol, lo intentó con acetona, creo que Kenyon fue a por la espátula (es broma)… Al final, la Adoptada estaba tan desesperada (no podía ir al día siguiente a trabajar, con “tó” lo negro “alreeor”) que lo intentaron con disolvente (esto no es broma… ¡lo juro!). Kenyon la decía:
- ¡Por Dios, cierra los ojos, que no quiero dejarte ciega!
La adoptada replicaba:
-¡Frota, frota sin miedo, que luego yo ya si eso me lo hidrato después...!
Parece ser que acabó con la cara y el cuello en carne viva...
Cuando terminaron de contarlo, a Josy, a mi maridito y a mí, nos dolía todo de tanto reírnos (ya sabéis como cuenta las cosas la adoptada), pero mi marido siguiendo con la broma (que yo no se muy bien hasta que punto lo era) les dijo:
- La próxima vez que os pase, tenemos en la Cooperativa un líquido que rociado con un pulverizador, arranca la suciedad incrustada y lo deja todo como “los chorros ...”. (Todo esto lo decía entre hipidos, carcajadas, lágrimas y espasmos)… Y si aún así no sale, ¡tenemos un compresor…!

¡Qué rato más bueno! ¡Lo que os habéis perdido, chicas! (Eso os pasa por faltar a nuestra cita del viernes, mamonas…)

9 sueños:

jooooooooooooo!me lo perdi valla dia luna mas bueno y movido,nada ya le preguntare a mi cuñada jejejejejje

 

Eres una bocas,luna se estarán todos partiendo de risa a costa de mis vivencias con mi kenyon,bueno si el primero que se estuvo cachondeando con el temita fue él,(mientras restregaba y restregaba):¿Que no veía mi hermanita donde terminaban tus raíces?JAJAJAJAJAJA.
La próxima vez que te toque a ti luna:(me lo pido yo)!!!!!Mi venganza será terrible!!!!!!
Tú si que vas a tener que pedir a tú maridito el compresor !!!!!JAJAJAJAJAJA!!!!!

 

Yo, visto lo visto, me doy el próximo tinte en la peluquería. Mi piel es demasiado delicada para andarme con disolventes, aguarrás (lo digo por experiencia), líquido de la cooperativa y demás zarandajas.
Que sea la adoptada la que experimente, que nosotras lo pasamos en grande escuchando sus "anécdotas".

 

Satanás, te lo perdiste, si. ¡Y fue desternillante...!

Adoptada, ¿cómo osas amenazarme con darme un tinte-esparcido-por-toas-partes, cuando lo he contado sin extenderme demasiado para evitar daños colaterales? ¿No querrás que les cuente la versión integra, no?
¡Si lo hago se les va a desencajar la mandíbula de tanto reír...!
Además, fue Josy la que me pidió que escribiera una entrada del "suceso". ¡Yo solo he sido obediente!

(Lo siento Josy, era tu vida o la mía, y... ya sabes como las gasta la adoptada...)

 

¡¡Sois de lo que no hay!!
Para un día que no me quedo, armáis la marimorena.
Ya me lo contareis con todo lujo de detalles el próximo día.

 

¡¡¡No me lo puedo creer!!!!

¡¡¡Luego nos llaman paletos y con razón!!!

¡¡Ya te vale nena!!

Bueno yo, como buena paleta, también me la lié parda una vez. Mi querida Almudena me dio el tinte también a paletadas y me puso tibia. Alguien me recomendó (Satanás) que hiciera un remedio que era infalible.
Cogí un cigarrito de esos que dan en las bodas, lo dejé consumirse en un cenicero, después cogí un algodón, lo humedecí, lo impregné en la ceniza y me lié a darme restregones.

Pues mano de Santo. Salieron hasta mis escasas ideas. A la mañana siguiente cuando me levanté, una franja amarronada suplía el itinerario del tinte.

¡¡¡Me achicharré la cara!!!

En fin, o son cosas de familia, o son cosas de pueblo.

 

¿¿Por qué los mejores días son cuando yo no estoy??

¡¡El próximo viernes no falto!! palabrita del niño jesús.

 

Bella, ¡fue genial! ¡Te lo aseguro! Ya sabes lo exagerada que es contando las cosas, pero con que sea verdad la décima parte de lo que nos contó, ¡debió de ser digno de verlo...!

Dory, que llorera te ha dado con los paletos, hija mía. ¡Dime quien ha sido el idiota que te ha dicho eso que me va a oir...!
¿De verdad Satanás te aconsejó ese "remedio"? ¿Y tú le creíste? ja, ja, ja,...No te está mal empleado, por ignorante...

 

Dory querida, vete a la mie....!!

¿Sabes que de desagradecidos esta el mundo lleno? Que culpa tengo yo de que tu compres los tintes en los chinos.
¡Si aquello chorreaba como las cataratas del Niágara!

¡Yo soy inocenteeee!